El significado personal de la palabra caos

El significado personal de la palabra caos

Por Lesly Yamileth Díaz Girón

 

Según el diccionario de la Real Academia Lengua, caos es confusión, desorden, embrollo, vorágine, anarquía, desorganización, enredo, desconcierto… A estos sinónimos suma los más graciosos choricera, berrodo y burundanga.

La verdad es que jamás esperé encontrar la palabra choricera como sinónimo de caos, es decir, por qué una ordenada fila de chorizos o las personas que los venden deberían ser caóticas. No me negarán que esto al menos causa desconcierto. Pero en cuestiones de significados, claramente las palabras nos dicen cosas diferentes a cada uno según nuestra experiencia. Amor, por ejemplo, no significa lo mismo para quienes han tenido suerte que para las pobres almas para quienes el amor es algo no correspondido, una forma de ser ignorados o, en el peor de los casos, engañados.

Para mí, el caos se relaciona con mi ciudad, Tegucigalpa. No se me malinterprete, las tardes de Tegucigalpa son cálidas y reconfortantes, con su cielo totalmente azul, que parece pintado por un artista en uno de esos días en los que se sentía más inspirado. Todo esto contrasta con el mar de sus calles, adornadas con árboles que danzan al ritmo del viento formando una coreografía contradictoria y perfecta, llenas de carros particulares, rapiditos y motocicletas que están en una ardua o competencia, que te hacen preguntarte cuantos Dominic Toretto tenemos en nuestra ciudad.

El bullicio vehicular es inevitable, como también lo es encontrarse con conductores audaces que desafían las leyes de tránsito y la cortesía, es como si estuvieran compitiendo por el premio al «más temerario del día» o por ganar la “Carrera de Nascar”. A veces no se puede evitar soltar una risa nerviosa al presenciar sus maniobras arriesgadas, se nos acelere el corazón ante el peligro constante.

Entre tantos bocinazos se cuelan palabras soeces que resuenan en el aire fresco de la tarde, expresiones que van desde lo cómico hasta los insultos más pedestres: ¡Pu…! o ¡pásate por encima pue! Podrían mencionarse muchos más, algunos de ellos magníficas muestras de ingenio soez. Hasta se puede decir, con el permiso de los lectores más civilizados, que muchas veces puede resultar divertido ver la expresión de satisfacción en el rostro de quien pronuncia los insultos, es como si dijera algo mágico. Lo cierto es que está viviendo una catarsis, liberando energías y tensión, por eso su rostro brilla con un breve destello de alivio en medio del caos y todos los males de nuestra sociedad.

 Así son las tardes en Tegucigalpa, un caos y un humor que nunca dejan de sorprender ni a los más escépticos espectadores. Así que, en mi definición personal, entre los sinónimos de caos debería agregarse: tardes de Tegucigalpa. Sin duda es al menos tan acertado como choricera.